Que la carretera nos perdone

Que la carretera nos perdone
por derramar sangre ajena
por medir mal
la distancia que separa
la vida de la muerte

¡sí! que nos perdone
por esos niños sin padres
padres y niños
huérfanos, todos, de su propio delito


perdona... nos por el déficit competencial
por el hastío, por el bochornoso derramar
de lágrimas después de los muertos

por nuestras imprudencias con sonido a
cristales rotos, y al grito imposible
de un claxon segundos antes
de explosionar su vida sobre el
asfalto trágico.

que la carretera nos perdone
por la inconsciencia de querernos
a salvo de todo
de no leer nuestra esquela futura
en nuestras mentes perplejas
por eso y con la mirada
el consejo último de la misma tragedia
siempre la misma, igual
¡modera a tu velocidad!

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