Ni siquiera la noche

Ni siquiera la noche
puede aguardarme
mustio como estoy
pegado a la púrpura luz
de mi astrología.
No en vano, toro soy.
Y la luna sentada allá arriba
me espera pensativa
y yo por estos caminos
amargos y al mismo tiempo tiernos
sin saber que rumbo tomar
para poder llegar hasta ella
y recortar su pelo luminoso
y dibujar con mis tijeras
tijeras de fuego
su lado menguante.
Pero, la noche no me deja
ni se detiene, ni un momento
a consolarme.

Comentarios

Entradas populares