DISCOTECA
De la noche fresca
por sendas puertas
de pasaje repletas
Entre columnas de músculo
desde ojos profundos
observados
la gente pasa sosegada
Interior oscuro
de rojos tonos alumbrado
de pálidos azules completados
donde bocas sedientas
apagan en su interior
desplazando sus sentidos
interna sed acumulada
Cañones de luminosas vibraciones
ráfagas indiscriminadas lanzan
y envuelven con su mirada
a siluetas que danzan
Situadas sus colinas
en el local descansan
el quinario es su número
como altares de líquidos
sus sacerdotes: los barmans
Grúas en paredes
de negros matizadas
en el lado opuesto
la aviación se alza
Solo conté cuatro vigas
a dos por barba tocaban
y sobre ellas dos grúas
de azule y grises
pintadas
Sensaciones definidas
por humo envueltas
penetrando en los oídos
emociones despiertan
movimientos de fiesta
Humana asamblea
por el local ubicada
almas que acomodan sus cuerpos
o mueven sus esqueletos
Cinco altares cinco
presiden la discoteca
pirámide, hexágono
la ele de algorta
el azul y el olimpo.
De menos a más distribuidas
que con sus misas y ritos
apagan sed
reviven mitos
Encima del hexágono,
iluminada, encima
templo de música se encarama
Director de orquesta embebido
disfrazando de notas la sala
disparando hilos de corpúsculos luminosos
sobre la muchedumbre que baila
Escenarios higiénicos
eternamente visitados
a lo largo de la noche
de deshechos inundados
Cuerpo de seguridad
ahora aquí
hora allá
¡cuidado, no lo hagas
no te metas esa raya!
o te marcharás de aquí
sin siquiera recibir
esa copa ya pagada
en tu garganta frustrada
Va transcurriendo la noche
entre inagotables sones
va pasando, va creciendo
y mientras tanto presiento
vuelve la tranquilidad
a nuestro local amigo
le dejamos descansar
Querido angar de ruidos
de corriente inusitada
y por la gente preñado
me despido ya de ti
hasta que vuelvas a abrir
tus puertas de par en par.
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