Caiga
Caiga
sobre el hombre
el pesado yugo
de la amarga ignorancia.
Respire fuerte
su alma
incansable de asumir
la innegable estupidez
de su largo letargo.
Rompa, con la fuerza
incontestable del tifón,
las cadenas oxidadas
de su voluntad eterna.
Caiga
sobre el hombre
el pesado yugo
de la amarga ignorancia.
Respire fuerte
su alma
incansable de asumir
la innegable estupidez
de su largo letargo.
Rompa, con la fuerza
incontestable del tifón,
las cadenas oxidadas
de su voluntad eterna.
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