LAS CARAS DEL AMOR
Lánguido como el sauce
llorón, que tiende sus ramas.
Voraz como la hiedra.
Orgulloso como el roble,
que nunca perdió su estilo.
Laboriosa como la hormiga,
hormiga voladora que verano
tras verano, va alimentarse
del agua dulce del interior
de nuestros ojos.
Capaz, como el hurón
que todo lo devora,
aún latiendo, nuestro corazón
rojo, tierno, lo roe y mancha
sus afilados dientes de rojo intenso.
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