Y del Dragón ¿qué fue?
Y de su alma coja, rabiosa
De tus alas dilatadas absurdas
Nace el canto precario descosido
Del telón final de tu existir
Caes abatido, no por lo humano
Más, por el avatar del tiempo
Que mira siniestro tu hora
Y arremete cósmico
En la imagen última de tu ser
Arrastrándola, sin emoción,
Bajo el mar aterrador
Del pasado
Negro y sereno.
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