Narro la historia
Narro la historia
mientras me la contáis
siento la ausencia
de vuestro deseo dormido
ni un halito de fuerza
en vuestra armadura mordaz
de sapiencia
quiero decir y llorar
¿qué puedo?¿qué debo?
y los canes devoran mi cerebro
hastiados de tanta desidia
drama en mi cloaca
que perturban las heces de
mis pensamientos mientras
cualquiera de vosotros
tira de la cadena a mi paso.
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