SU MAJESTAD

Miro tu despertar
encaramado al tiempo.
Veo cómo te desperezas
de luz.
 
A cada paso observo
la radiante maravilla
que,suavemente
todo lo envuelve.
 
En tu sonrisa de atardecer
siento
el color de la siesta
en tus brazos de cielo.
 
Poco a poco, lentamente
tu cuerpo pierde vida
la luz escapa de tí
y bostezando
tomas posesión
de tu dormitorio marino
y las olas son tus sábanas.
Hasta mañana, rey sol.

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