Busco la paz

Busco la paz
entre el estercolero
del sinsentido
del paroxismo
busco y encuentro
no lo que busco
aluminio con levadura
del verde césped
y cristal ambarino
de tristes amaneceres
el trino en la encina
el rumor de autopista
con él, se parea
mi querido Serantes
con su dedo de hierro
señalando al cielo
vacas, vacas y coches
míranse unos a otras
en la lejanía, si la hay
si la hubo en algún tiempo
el viento arrulla tierno
la fatigada faz de su amada
con la que siempre
se enfada
para volverse, al poco
invadido de deseo amatorio
a aparearse en un cambio
sin fin
busco en las cuevas
de cemento
cucharas, patas de banco
mesas o camas frías
las más veces
en la selva de la cultura
aquí, al lado del trino
de la encina
Cerca de todo
naturaleza y cultura
deseos, muchos deseos
los más puros, animales
hacen lo que tienen que hacer
lo que su naturaleza
les obliga
más abajo, los humanos
con su ansia inflada
dominadora e interrena
de la madre que lo cobija
escupe sobre ella
una capa insensible
de odio y prepotencia
de ocio y clasicismo
de innatural comportamiento
las más de las veces
para creerse dueño
de un sueño nunca cumplido
siempre deseado
controlar a su madre amantísima
que como a un niño
lo aparta con amor
haga lo que haga
una y otra vez y mil
y un millón de veces
con una mirada de amor
y de tristeza
viendo a su hijo crecer
viendo su amor y su maldad
viendo como destruye
lo que tanto costó crear
mil veces probado
y le besa, en un beso
de adiós misericordioso
mientras muere de pena
y de nostalgia
busco la paz
al lado tuyo madre
pero, ya te echan
rasgan tu vestido
para vestirte, luego
de cemento y arena
busco la paz
¿pero dónde?
dejaré que me busque ella
en mi último suspiro.